Siempre me han gustado las plantas, y desde que me mudé a Madrid se convirtieron en un imprescindible en todos los pisos en los que he vivido. Sin embargo, no me atrevía a comprar ninguna especie más allá de los cactus, ya que no me veía capaz de darles los cuidados que necesitaban. Hasta que hace 4 años me decidí a comprar mi primera planta, una Sansevieria, a la que han seguido otras muchas. 

A día de hoy, convivo con más de 30 plantas y puedo afirmar que me he convertido en toda una experta, gracias a varios intentos de prueba y error, con mucha paciencia y algo de trabajo de investigación. Una afición que no solo me ha ayudado a decorar mi hogar y trasladar un trocito de naturaleza a su interior, sino también a relajarme y desconectar. De hecho, la jardinería es una de las aficiones más recomendadas por sus propiedades relajantes

Y como quiero que tú también la disfrutes, hoy te traigo una selección con todos los productos que utilizo para cuidar de mis plantas y que te van a ser de gran ayuda para iniciarte en este mundo. 

9 productos que uso para cuidar de mis plantas

Un medidor de humedad

Un medidor de humedad

Uno de los mayores retos a los que me he tenido que enfrentar a la hora de cuidar mis primeras plantas, ha sido acertar con la frecuencia de riego. O bien por exceso o bien por defecto, han sido varias las plantas que he perdido. Por eso decidí comprarme un medidor de humedad como este, el cual utilizo para comprobar el nivel de humedad del sustrato de cada una de mis plantas. 

De esta forma, es mucho más fácil acertar con el riego, ya que muchas veces la parte más superior del sustrato se seca, pero el interior sigue teniendo humedad. Además, es extremadamente fácil de usar, ya que simplemente tienes que introducirlo en la tierra y comprobar el nivel de humedad en el indicador superior. 

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Globos de autorriego

Globos de autorriego

Uno de los problemas más comunes a los que nos enfrentamos los amantes de las plantas, es a mantener la frecuencia de riego durante las vacaciones. Y es que, si no tienes la suerte de contar con un jardín o terraza con sistema de autorriego, o una persona que pueda acudir a regarlas, deberás idear un sistema para evitar que se marchiten.

En mi caso, los globos de autorriego se han convertido en mi solución estrella, ya que han sido capaces de mantener a mis plantas perfectas durante hasta 2 semanas. 

Utilizo unos muy similares a estos, que se entregan en un pack de 6 unidades, los cuales coloco individualmente o de dos en dos en la tierra de mis plantas, según lo necesiten (ya que tengo varias que solamente requieren riego una vez al mes y otras que necesitan dos veces a la semana). 

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Un kit de jardinería mini

Un kit de jardinería mini

Uno de los mejores regalos que me han hecho ha sido un kit de jardinería mini muy similar a este. Y es que, dado que no tengo jardín y mi balcón no es muy grande, la mayoría de mis primeras plantas eran de interior y más bien pequeñas, por lo que las herramientas estándar no me resultaban cómodas para podar y trasplantar. 

Este kit, sin embargo, ofrece mucha más precisión a la hora de, por ejemplo, trasplantar un cactus o cuidar un huerto doméstico

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Una pala de jardín

Una pala de jardín

Aunque el kit anterior es el que más utilizo, también tengo una pala de jardinería más grande, muy similar a esta de Be Green, que uso para trasplantar mis plantas más grandes. Está fabricada en acero inoxidable con un mango de madera de fresno, con lo que te aseguras de que aguantará muchos años y no se deteriorará. Y la cuerda del extremo es muy cómoda para guardarla. 

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Unas tijeras de poda

Unas tijeras de poda

Una de mis primeras inversiones fueron unas tijeras de poda, que utilizo tanto para podar las plantas como para cortar los tallos de los ramos de flores que suelo comprar mensualmente (de esta forma, aguantan más tiempo). Las mías las compré en mi vivero de confianza, pero este modelo de Be Green me encanta porque va a conjunto de la pala anterior y ofrece muy buena calidad tanto de materiales como de construcción.

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Una regadera

Una regadera

En un primer momento, utilizaba una jarra de cristal para regar mis plantas, pero me resultaba muy incómoda porque el agua se vertía fácilmente, especialmente en las macetas más pequeñas. Por eso me decidí a comprar esta regadera, que suelo utilizar con el cabezal más estrecho. Aunque también incluye una boquilla de ducha extraíble, ideal para esas plantas a las que les gusta la humedad. 

Me encanta porque tiene muy buena capacidad (1800 mililitros), no pesa nada y es muy resistente. De hecho, yo la tengo desde hace varios años y está como el primer día. 

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Un pulverizador de agua

Un pulverizador de agua

Aunque generalmente nos centramos en la frecuencia de riego y el nivel de luz, otro punto clave para conseguir que tus plantas crezcan preciosas es prestar atención a los niveles de humedad que necesitan. Y es que, muchas plantas necesitan que sus hojas e incluso sus raíces (en el caso de las orquídeas y la Costilla de Adán) se mantengan húmedas. 

Tarea para la que te va a venir muy bien contar con un pulverizador como este, que además es muy estético y podrás colocar a la vista en cualquier rincón de tu casa

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Fertilizante líquido

Fertilizante líquido

Uno de mis grandes errores fue creer que solamente las plantas que florecen necesitan abono. Sin embargo, los nutrientes son una parte esencial para el crecimiento de cualquier especie, ya sea para que aparezcan más flores o para que sus hojas crezcan verdes y fuertes. Por eso el fertilizante forma parte de mi rutina de cuidados, especialmente durante los meses de primavera y verano

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Unos guantes de jardinería

Unos guantes de jardinería

Si te gustan los cactus, te recomiendo hacerte con unos guantes de jardinería. Una compra que yo tardé en realizar y sin la que ahora mismo no podría vivir. Son fundamentales para realizar cualquier trasplante con cactus, ya que protegen tus manos de sus pinchos y te evitarán muchos disgustos. 

Pero además, también te vendrán muy bien para evitar mancharte las manos (y las uñas) a la hora de realizar cualquier trasplante. Aunque, si no hay peligro, yo te recomiendo hacerlo con las manos por lo relajante que resulta y la precisión que ganas al manipular las plantas y las raíces. 

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