Con bella flor
La rosa de Navidad es una planta rastrera que no suele alcanzar los 50 cm de altura. Plantadas en el jardín, se suelen utilizar para formar grupos, en sotobosques bajo árboles y, también, en macetas o parterres. Idealmente deben colocarse en lugares luminosos pero no expuestos a pleno sol.
Las flores, solitarias o en grupos de dos o tres, surgen entre noviembre y abril, dependiendo de la variedad y el clima. El amplio abanico de colores que proporcionan convierte a esta planta en perfecta para alegrar el jardín en invierno. Y es que sus flores en forma de copa presentan tonalidades diversas: blanca, rosa, amarilla pálida, negra, púrpura, verde pálido, así como variegada (es decir, de diversos colores), son las más habituales. Entre los híbridos se han conseguido tonos alternativos muy atractivos, como el amarillo limón o el marrón rojizo. Por otra parte, como vemos en la imagen, las flores lucen una magnífica corona de estambres dorados en su corazón.
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